Metodología
Nuestra práctica metodológica se resume en este esquema:
1.- SENTIR INFORMAR FORMAR
2.- PENSAR CONCIENCIAR NOMBRAR
3.- ACTUAR TRANSFORMAR CONSTRUIR
1.- SENTIR INFORMAR FORMAR
2.- PENSAR CONCIENCIAR NOMBRAR
3.- ACTUAR TRANSFORMAR CONSTRUIR
1.-
Partimos de los sentimientos. Intentamos llegar a niños, niñas y jóvenes a partir de sus sentimientos, situándolos en el centro de nuestras acciones. Ellos y ellas y sus vidas son los verdaderos protagonistas, desde un enfoque socioafectivo, viviendo en primera persona las diferentes realidades que el mundo nos plantea. Queremos que esta toma de contacto con la realidad informe a niños, niñas y jóvenes, que les dé herramientas para construir un criterio propio, potenciando el deseo de saber; en definitiva, de formarse.
2.- El siguiente momento de nuestra propuesta metodológica es el pensamiento. La reflexión propiciada por el pensamiento es el camino para el descubrimiento inductivo que surge de la experiencia del grupo. Hemos de intentar conducir esta reflexión individual y colectiva hacia la concienciación y el compromiso, momento en el que niños, niñas y jóvenes expresen sus vivencias y sus opiniones, desarrollen su capacidad de diálogo y análisis de las situaciones, sean capaces de elaborar sus propias normas y reflexionen sobre los problemas que genera la convivencia, poniéndose en el lugar del otro. Es decir que sean capaces de nombrar, de dar nuevos significados, a la realidad.
3.- El objetivo final de nuestra propuesta metodológica es potenciar la participación y la acción tanto individual como grupal. Queremos potenciar que niños, niñas y jóvenes sean conscientes de lo que les gusta o no de sus vidas y del mundo en el que viven, que adopten actitudes de participación para transformar y cambiar lo que no les guste. Las personas educadoras debemos tener la tarea de facilitadoras, darles las herramientas necesarias para que sean capaces de construir nuevos modelos y alternativas.
2.- El siguiente momento de nuestra propuesta metodológica es el pensamiento. La reflexión propiciada por el pensamiento es el camino para el descubrimiento inductivo que surge de la experiencia del grupo. Hemos de intentar conducir esta reflexión individual y colectiva hacia la concienciación y el compromiso, momento en el que niños, niñas y jóvenes expresen sus vivencias y sus opiniones, desarrollen su capacidad de diálogo y análisis de las situaciones, sean capaces de elaborar sus propias normas y reflexionen sobre los problemas que genera la convivencia, poniéndose en el lugar del otro. Es decir que sean capaces de nombrar, de dar nuevos significados, a la realidad.
3.- El objetivo final de nuestra propuesta metodológica es potenciar la participación y la acción tanto individual como grupal. Queremos potenciar que niños, niñas y jóvenes sean conscientes de lo que les gusta o no de sus vidas y del mundo en el que viven, que adopten actitudes de participación para transformar y cambiar lo que no les guste. Las personas educadoras debemos tener la tarea de facilitadoras, darles las herramientas necesarias para que sean capaces de construir nuevos modelos y alternativas.